viernes, 21 de febrero de 2014

Indiferencia encuentra a consciencia



No serían más de ocho.
Caminaba serena, con gesto altivo, contemplando el lento devenir de la muertas, o el rápido y certero porvenir de las cosas que pronto lo estarían. Es natural.
El día dio paso a la noche, clara. Sosegada, calmada, solitaria, terrorífica. Natural.
                                               
                                                                      ***
El pozo era profundo y rematadamente oscuro. De su interior brotaba un llanto infantil. Pensó en huir, dejarlo estar y echar a correr. Lo olvidaría, no pensaría en ello nunca más.
No obstante descendió, impulsada podios sabe que ponzoñosa locura al rescate la criatura. Tendió sus brazos y la cargó en los hombros.
Era terriblemente fea, su cara cadavérica se contorsionaba en horribles muecas de dolor. Sus ojos negros la miraban desafiantes, dos cuencas encendidas y rabiosas que seguían sus movimientos mientras el túnel de su boca no paraba de emitir escalofriantes alaridos. La cogió de su deforme mano, y siguieron andando.
Vino el sol a paliar su infierno. Pero ella seguía gritando. Lo hacía con tanta fuerza e intensidad que le rompió los tímpanos y le desgarró las entrañas. La consoló, abrazó, besó, grito y golpeo.
Nada parecía calmarla.
Finalmente, la dejo bajo la cómoda sombra de un sauce, y se puso a cavar.
                                                           
                                                                      ***
Cuando la arrojo por el improvisado abismo, cayó en la cuenta de que ya se había desecho de ella una vez y lo había hecho olvidar. Esa es su especialidad. Como es natural.

domingo, 21 de julio de 2013

Dunas



En ese momento me di cuenta de que mientras ella pasaba los días buscando a su hombre ideal, yo estaba tratando de encontrar a Dios, ¿Quién estaba más perdida de las dos?

-¿Qué buscas en mi?
-Sólo un poco de buen sexo y de aun mejor conversación, una grata compañía, una atmósfera distinta, densa, relajada, en realidad creo que sólo busco un poco de paz.
-¿Paz para qué, paz para quién? ¿Quién dijo guerra?
-¿He dicho paz? no, no sabe a eso quizás busco un camino, un compañero, ¡Eso es!, busco un compañero.
-¿Un compañero o un guía?
- ¿Y ambas? No puedo guiar yo a veces, ¿no puedo tirar de la cuerda yo cuando tú te canses?
- ¿Y por qué tirar?

- Eso es, ¿por qué tirar?